jueves, 8 de julio de 2021

ACTUALIDAD

Ahora es actual y lo seguirá siendo mientras las circunstancias origen del conflicto se mantengan. Perpetuarse con el miedo que causa el cambio, la cobardía que alimenta el espíritu de los mansos, que evitan escribir con trazos las ideas que ni siquiera intuyen. Es más fácil constituir la rutina diaria que acompaña a la biológica  fuerte blando, de trabajo descanso, obligación derecho, triste alegre, formación abandono, amor olvido, meditación inmediatez, confianza escepticismo, dinero deuda, lealtad traición, esfuerzo facilidad, sacrificio comodidad egoísmo, disciplina desobediencia,... que convencerse de que las ideas permanentes corroen a otras que puedan ser más nobles: evitar la rutina, impide vivir en lo fijo que hace cómoda la supervivencia, pero es el sacrificio necesario que dificulta perpetuarse pero facilita cuestionar las inexistentes consignas que en la rutina dejamos crecer en el interior de mentes cómodas. La desobediencia íntima no la practican ahora los jóvenes ni los mayores que supuestamente deben tutelarlos. La formación es la máxima que persiguen unos para ellos mismos  y los otros para los demás, encontrando el culmen en los cursos de postgrado, como si la destreza pudiera comprarse. Desarrollar el talento de cada uno resulta primordial para avanzar, para acomodarse lo antes posible  a la confrontación de ideas y reproducir en la construcción nuevas circunstancias que hagan posible que parte de lo escrito no llame la atención del común de la gente.
23/12/2017

jueves, 23 de febrero de 2017

MEMORIA

En cierta manera admiro a los suicidas aunque no puedo evitar que mis recuerdos perduren siendo esta la única forma de hacerlo. No puedo evitarlo al igual que el suicida decide sencillamente irse.
Esta mañana, como todos los domingos lo primero que hago es ir a su habitación para despertarlo; no existe nada más dulce que un niño durmiendo, parece que su entrega a la inconsciencia es absoluta y determinada pero su regreso es inmediato y vital, lo que anima el inicio de lo que para mi es el conocimiento necesario que de una manera u otra condicionará su desarrollo y su vida. Desde que tenga conciencia podrá comprobar que será de los más jovenes que un abuelo haya estado en la guerra civil de España, que le cortó la adoslencencia que vivía en una aldea de Asturias sin tener ideas propias, no falta de convencimiento sino por desconocer que se pudieran tener ideas y menos  políticas. El aislamiento rural causa de la ignorancia, de la desconfianza y del interés de unos pocos  facilitó que los jovenes del campo no cuestionasen la incorporación a un bando o a otro y aceptasen ir a la guerra como se siega en julio, se planta el  vallico en septiembre o el maiz en marzo: tocaba. Sin instrucción y sin haber visto ni una película de tiros (no había televisión, ni ordenadores y para ir al único cine que estaba en la capital eran muy pocos diecisiete años) se sometió a la disciplina de hombres uniformados armados que tenían de todo menos bondad y sensibilidad para tratar a una tropa disciplinada pero desconcertada que no comprendía los motivos para matar a los vecinos y compatriotas, lo que la convertía en incontrolable por sus reacciones como actores y espectadores de tanto dolor y sufrimiento. Lo de menos era matar, lo difícil era sobrevivir a la necesidad, al hambre y a los tiros y cañonazos de los que en las trincheras de enfrente hablaban su mismo idioma, con los que intercambiaban tabaco y otros artículos cuando en uno de tantos frentes perdidos levantaban la bandera blanca para hablar e intercambiar lo poco que tenían unos y otros. La crueldad de la guerra duró tres años y hubo batallas interminables una vez que la zona republicana (los rojos)  iba cediendo ante los nacionales (los fascistas o nacionales).
Tu abuelo acostumbrado al duro trabajo de la casería, no protestaba por las largas caminatas ni por la falta de ropa para protegerse del duro invierno de Teruel, la falta de comida les obligaba a ingeniarselas para a lo largo del avance encontrar el momento y el sitio dónde hubiese algo que llevarse a la boca, como el jamón que se encontró su pelotón en una cabaña en el monte del que dieron cuenta en el tiempo que les llevó cortarlo en lonchas, haciendo el caldo para ese y otros muchos días con el hueso que se desgastó quedando como si tuviese cien años.
Mi padre no creía que contarme cosas de la guerra, aunque mi curiosidad empezó cuando tenía dieciseis años y preguntaba insistentemente si había matado a alguien en la guerra, si disparaba, si apuntaba para no dar en el blanco, pudiese reportarme beneficio alguno. Yo en cambio creo que no conocer la desgracia tan de cerca es bueno pero a la vez no te permite valorar lo que tienes y tendrás, por la incapacidad de valorar lo que no se tiene, pero sobre todo para que no vuelva a repetirse después de resonar el eco no hace mucho de "arderéis como en el treinta y seis".

martes, 26 de marzo de 2013

INJUSTO

Entender el significado de la palabra injusto se puede abordar desde varias perspectivas, jurídica, política, lingüística y filosófica. En cualquier caso, el contexto del análisis son las relaciones humanas, relaciones sociales que faciliten la convivencia en cada momento del tiempo, puesto que la estructura de las relaciones humanas y sociales ha ido transformándose a lo largo de la historia. En la actualidad, las leyes son promulgadas con retraso para corregir y regular situaciones no deseadas o que son necesarias para mantener una sociedad pacífica, pero nunca las leyes transforman las relaciones sociales, sino que se adaptan a los requerimientos de las instituciones, corporaciones, personas o de otros estados. Así, la justicia, como lo justo, no busca ni pretende evitar injusticias, ya que está configurada para interpretar y conseguir la perfección de las palabras. Lo injusto será condenar y castigar a quien no lo merece y no condenar a quien lo merece, de acuerdo al marco jurídico imperante.
En el plano político, lo injusto deviene por no asumir responsabilidades quienes teniéndolas, se escudan en la negación y el silencio, derivado de la inoperancia de la justicia. La falta de credibilidad de los responsables políticos unido al permisivo sistema jurídico que los ampara y de la falta de respuesta de los ciudadanos ante las clamorosas situaciones generadas por el sistema político en su conjunto, son constituyentes  de lo injusto.
Lo injusto está definido como lo no justo o equitativo, dejando en la inconcreción este último concepto, apelando a la justicia natural o al sentido del deber o de la conciencia. Justamente, esta definición pretende beber de las fuentes de la filosofía, con la imposibilidad de plasmar los discurso y corrientes que con los esfuerzos de tantos pensadores a lo largo de los siglos han sido incapaces de concretar una explicación de lo injusto.
Como espectador y actor a la vez del papel de injusto, hacerse merecedor de él, supone en el marco de las relaciones humanas, fijar de forma razonable en cada momento del tiempo, los parámetros generales como  paradigma y dejar que cada individuo de manera subjetiva asuma la responsabilidad derivada de las acciones que realice, que se salgan del paradigma general y de sus intenciones particulares. Catalogar como injusto a quien responda  a las acciones antes descritas no es más que una justificación incoherente  ante las consecuencias previstas y buscadas o no, del responsable de las acciones voluntarias. El desconocimiento de los efectos de una acción no puede eximirla de ser injusta por esta razón, ni siquiera suponiendo que tal acción nunca sería conocida.  El carácter biunívoco de la relación podría invertirla considerando la acción como injusta aunque la reacción también lo fuese. 
                                                                                          Simetría, 26 de marzo de 2013


sábado, 23 de marzo de 2013

DEMOCRACIA ECONÓMICA

Nada permanece, solo la muerte. Esta es la máxima para comprender que las relaciones económicas que actualmente guían la economía, ineludiblemente van a cambiar; pero lo que no se es cuándo va a suceder, por lo que no dispongo de ventaja alguna para forzar su cambio, a pesar de que son necesarias acciones sociales que  paulatinamente lleven al cambio, como por ejemplo, las movilizaciones realizadas frente a los desahucios en el contexto político actual imperante en España. Los términos fijados y aceptados por la mayoría relativos a la democracia son hoy el freno que ralentiza el largo proceso de cambios que superarán el actual sistema económico. Conformarse con la democracia, entendida como un hombre un  voto, - una mujer un voto, por recordar cuando no era así-, supone aceptar la existencia de las desigualdades existentes en nuestra sociedad y en el mundo.       ¿ Por qué aceptamos que un hombre valga un voto y por tanto  que todos sean iguales y en cambio el valor de su trabajo sea distinto? El desequilibrio de la balanza solo podrá desaparecer cuando sus componentes sumados la equilibren, teniendo en cuenta que el valor de una persona lo conforman su función social que no solo ha de incluir la retribución de su trabajo, sino todo aquello que aporte a la sociedad en formas que hoy no se están aceptadas, ni menos aún, valoradas.
La certeza histórica que cada vez nos acercamos más a una sociedad igualitaria, a pesar de estar muy lejos de ella,  es lo que me hace creer que todos los cambios que se vayan  produciendo lo serán en el sentido de la búsqueda de la igualdad, entendida no como identidad sino como sumatorio de los valores aportados a la sociedad. Y entre los rasgos de una sociedad igualitaria estará la aproximación en términos económicos de la retribución de la función social de cada persona; en el estadio en que nos encontramos, la forma de realizarlo viene de la regulación por parte del Estado, de estos extremos, a pesar del tira y afloja del  nivel de intervención atribuible al Estado, según los vientos económicos que acompañan a los partidos políticos en sus tareas de gobierno.  De lo que pueda sonar la existencia de un salario máximo interprofesional o de un beneficio máximo empresarial, dependerá la velocidad por la que pasaremos a la siguiente fase del camino hacia una sociedad igualitaria: empecemos.
                                                                                                           Simetría, marzo 2013
 

domingo, 16 de diciembre de 2012

La crisis y el capitalismo


 
El origen de la crisis se encuentra en las imperfecciones del sistema capitalista, especialmente en las deficiencias en la regulación del sector financiero, en los comportamientos de los colectivos que reaccionan con un economicismo extremo y en la confusión de los valores que la sociedad impone como paradigmas, entre ellos el denominado "estado del bienestar" que como hemos podido comprobar desemboca en el "estado del malestar". No debemos olvidar que la mayor imperfección del sistema es la propia existencia de las crisis que son inherentes al mismo ya que sin ellas, con la configuración actual de los sistemas de producción y de acumulación no podría perpetuarse el capitalismo. Debe buscarse un  equilibrio  que pasa por reducir los gastos a unos mínimos que permitan disponer de los servicios que en términos razonables sean fijados por la sociedad civil, no por los políticos, y establecer los impuestos que cubran los gastos citados. El problema está en el lado de los gastos puesto que los impuestos deben ser iguales a los gastos para mantener un sistema sostenible que minimice los impactos de las inevitables futuras crisis que padecerá el sistema. Por lo tanto será la determinación del importe del gasto lo que marcará nuestro endeudamiento futuro y la forma en que pagaremos la deuda actual que tenemos. En resumen, el problema es determinar quién, a través de los impuestos, tiene que pagar qué gastos, y no si tenemos que aumentar los gastos o reducir impuestos que en cualquier escenario es una temeridad, tanto como reducir gastos o aumentar impuestos.
 

domingo, 13 de mayo de 2012

Endeudarse

Todos los esfuerzos se están dirigiendo para que podamos volver a endeudarnos: los ciudadanos, el Estado y los bancos, pues sin ellos no resulta fácil hacerlo. De acuerdo, si el sistema capitalista funciona con la demanda, con el consumo, para conseguir que ésa espiral de consumo-empleo funcione, necesitamos endeudarnos, pues de no hacerlo, la espiral es tan pequeña como lo que seamos capaces de generar con nuestro trabajo: es decir, muy poco. Esto es lo que se conoce como estado del bienestar, que por cierto de bienestar tiene muy poco si somos minimamente responsables. Para equilibrar todos los componentes que influyen en la espiral, éstos tienen que moderarse, y hasta ahora el único medio, en ausencia de autocontrol, es la prohibición: el Estado debe impedir, determinando las consecuencias del incumplimiento, que los bancos pueda prestar mas allá de un porcentaje de los ingresos que tenga quien quiera endeudarse.

martes, 21 de febrero de 2012

DEMOCRACIA

Están planteando que los miembros del Consejo General del Poder Judicial sean nombrados por los propios jueces. Mi sorpresa estriba en el lugar en que queda la democracia, si el tercer fundamento de la democracia se constituye al margen de la representación popular, aún pensando en que no sea la forma más desarrollada de la voluntad social. Deberíamos reclamar alguna otra fórmula alternativa? Cómo debería ser?Si como considero la política debe prevalecer sobre cualquier otra posibilidad, el poder judicial deberá atenerse a los resultados de las elecciones, prescindiendo de cualquier tipo de oportunismo ante la ineficacia del propio sistema. Estamos ante la sucesión de hechos que ponga en cuestión nuestro actual sistema político? Si así fuera, la cobardía está anteponiéndose al interés social por permitir que unos pocos puedan disponer sobre el futuro de muchos. No se trata de una cuestión de cantidad, sino de desarrollo acorde a los tiempos que vivimos que permiten, dado los medios de que disponemos de tener en cuenta la opinión de los individuos.Cómo canalizaremos las ideas que surgen de cada uno en democracia?
Si la democracia ha superado revoluciones y rebeliones, estamos obligados a perfeccionarla para impedir que  el inconformismo y la injusticia den lugar a ello.
Effro